miércoles, 20 de junio de 2012

Eva y Lassie



Hoy no voy a hablar de Lassie, sino de mí, de cómo me siento, de cómo afronto esta cruel enfermedad…

Es duro ver cómo mi perrita va envejeciendo, es duro observar cambios en su comportamiento y darte cuenta de que algo no va bien en dicho proceso de envejecimiento y más duro es aun ir al veterinario y que digan “tiene disfunción cognitiva, una enfermedad degenerativa parecida la alzheimer” por unos segundos me quedé en blanco, sin saber qué decir, hasta que por fin tragué saliva y pregunté por el tratamiento, “esta enfermedad no tiene cura, con medicación se puede evitar que avance deprisa pero desde que se les detecta no suelen durar más de un año, año y medio como máximo, pero hay que valorar la calidad de vida de cada perrito porque algunos se deterioran demasiado por esta enfermedad y Lassie tiene el tumor, artrosis, arritmia…”

Han pasado tres semanas del diagnostico, los primeros días trataba de asimilar lo que estaba pasando (busqué mucha información sobre esta enfermedad y vi tantas cosas, finales felices y no tan felices...), los días posteriores me hice más fuerte y pensé “no puedo hacer nada para salvarla de esta enfermedad degenerativa incurable, lo único que puedo hacer es cuidarla y mimarla como siempre para intentar que esté lo mejor posible”, pero estos últimos días me he venido abajo otra vez, me siento muy sola e incomprendida por culpa de ciertos comentarios…

La gente se cree con derecho a opinar sin saber realmente lo que ocurre y tengo que oír cosas como “yo no podría tener a la perra así”, “vaya gana de estar todo el día detrás de la perra”, “¿todo eso tienes que hacer por ella? ¡Si es peor que tener un bebé!” o, directamente “¿no sería mejor pagar 50€ y dormirla para siempre?”

¿No se dan cuenta de que con esos comentarios lo único que hacen es hacerme más daño, confundirme y hundirme más?

Yo soy la primera interesada en que Lassie no sufra y, de momento, supongo que, no sufre porque no se queja ni nada… solo está muy despistada, se olvida de las cosas y de las personas, tengo que estar todo el día pendiente de ella… pero… estos motivos no son suficientes para “dormirla”, mientras ella no sufra ¿por qué tengo que hacerlo? Me da igual si me paso las noches en vela, me da igual si tengo que ir a comprar con prisas para que no esté mucho tiempo sola, me da igual si me paso el día fregando lo que ensucia… la cuido y la mimo encantada, porque la quiero y porque tengo que devolverle de alguna manera los buenos momentos que pasamos juntas y todo el cariño que me daba cuando ella estaba bien.

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